La reforma agraria es una de las aspiraciones de la revolución de comienzos de siglo. En 1910 los grandes propietarios terratenientes constituían una oligarquía que dominaba el país. La revolución de Emiliano Zapata terminó con esta situación, ya que accedió al poder con la consigna del reparto de la tierra.
Durante el siglo XX México ha realizado Dos Reformas Agrarias, con el objetivo fundamental de intensificar las políticas de corte Capitalistas o Neo liberal. La Primera Reforma consistió en la expropiación de las tierras a los hacendados y su entrega a los campesinos, creando ejidos.
Otro punto importante dentro de la Reforma es la creación de un BANCO NACIONAL
DE ALIMENTOS para combatir el hambre y mejorar la nutrición de la población
mexicana.